sábado, 26 de noviembre de 2011

Despidos en TVV (.....)



Ésto es parte del artículo publicado hoy sábado en Levante-emv. Hemos extractado la parte que se refiere a TVV al considerar importante la reflexión final.

Levante. 26-11-11. Jesús Civera

Sanear RTVV es el eslogan incrustado entre las madreperlas políticas actuales. Sanear RTVV, relegando los eufemismos, significa dejar en la calle a 900 o mil trabajadores. Una plantilla que hinchó el PP (y UV) desde 1995 y que desborda cualquier uso sensato del gasto público. Cuando abandonó el poder el PSPV, el colectivo de Burjassot rondaba los 800 empleados. Tres lustros más tarde, habitan en esas estancias mil más. En los años de prosperidad nacarina, cuando los canes se ataban con longanizas e igual se levantaba una Terra Mítica en el contorno de Benidorm que unos estudios cinematográficos en el páramo de Aguamarga, apenas se escuchaban voces críticas sobre esta desmesura, obrada por el partido en el gobierno. Si en lo alto de una columna, bajo un solo repartiendo inclemencias, Miguel Mazón bramaba contra tanta injusticia, su clamor se desvanecía como el de Simón El Estilita en tierras de Siria. Ambos han desaparecido sin dejar rastro.
Hoy, el tijeretazo lo ha de asumir el PP, obligado (y motivado) por las circunstancias. El método es siniestro y reproduce el esquema del capitalismo salvaje. Cuando se pierde dinero, o no existe en la caja, los trabajadores –«de la más digna consideración»– desaparecen por el desagüe de la historia. Son los damnificados reales de la gestión ineficiente en TVV. De modo que la masa «subalterna» espera, con paciencia resignada, la cirugía castradora hasta engrosar la tumba del desempleo. Mientras tanto, los culpables de inflar el bicho hasta límites irracionales –porque aún ocupan empingorotados cargos directivos en el PP– ni siquiera tartamudean. Se refugian en el principio de austeridad, inspirado por Rajoy e impuesto por Merkel o el FMI. Se hallan, por tanto, a salvo, amparados por la moda.
Pero hay otro hecho insólito, más sorprendente si cabe. Proviene de la izquierda parlamentaria y extraparlamentaria. Una y otra parecen asumir sin contemplaciones y ningún remedo de angustia la masa de despidos, tal vez mediatizadas ambas izquierdas por estadísticas y productividades, costes y beneficios, déficits y deudas y otros economicismos zorzales. Canal 9 no puede seguir así. De acuerdo. Sólo hay polvo en la caja de la Generalitat, la deuda es cósmica y la plantilla resulta un despropósito inabarcable: hay más trabajadores en Burjassot que en Tele 5, Antena 3 y La Sexta juntas. Pero, ¿es que a nadie le mosquea que la izquierda parlamentaria y extraparlamentaria alimente o apadrine la idea de los despidos masivos con normalidad pasmosa y sin plantearse ningún dilema ético? 

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